Hoy me anime y les voy a compartir una historia que nadie más que yo y mi primo sabemos, espero que les agrade.
Primeramente debo confesarles que a pesar de ser 3 años menor que yo siempre tuve mucha afinidad con mi primo, él era el menor de 3 hermanos de los cuales 2 son de mi edad, sin embargo nunca me lleve muy bien con ellos y eso permanece hasta la fecha pero mi primito Lando siempre fue la excepción pues él me escuchaba y pasabamos horas imaginando e inventando juegos y toda clase de cosas, quizás por ello poco a poco el cariño de familia se fue convirtiendo en enamoramiento y deseo para mi, siempre fui muy depravada me gustaba ver porno desde muy chica y jugar con mi pene, al ser muy cercana a mi primo le mostraba todos mis gustos, él era igual que yo en ese aspecto por ello cuando no había nadie nos poniamos a ver películas eróticas en un DVD portátil que él tenía.
Después de cumplir 15 años me entro la curiosidad por el sexo pero no él heterosexual sino el sexo gay en este caso, pues en este punto no se imaginan lo mucho que deseaba a mi primo, él estaba creciendo y pues a pesar de no ser guapo estaba delgado y de buen cuerpo a pesar de sus casi 13 años y cada vez que veíamos una película porno o algo relacionado al sexo siempre fantaseaba con ser la chica en esos vídeos y que mi primo fuese ese macho dominante y viril que me destrozaba, sin embargo no me atrevía a decírselo por pena a cómo reaccionaría, pues en ese entonces practicábamos fútbol juntos, nos gustaba la lucha libre y por supuesto las mujeres aunque yo en el fondo sabía lo que era pero no quería decepcionar a mis padres, pero bueno mi propio ser me quemaba por demostrar lo que en realidad era, ya que además de mi primo tenía un vecino gay que tenía máquinas arcade en su casa y él también me atraía de hecho después algo se logró pero esa historia se las contare despues.
Continuando con mi relato mis padres solían salir mucho fuera de la ciudad cada cierto tiempo acompañados de mi hermana y al quedarme solo en una casa tan grande como la mía ellos siempre le pedían a mi primo Lando que se quedará conmigo y él siempre accedía pues le gustaba estar fuera de su casa y más si iba a echar desmadre en la mía.
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